lunes, junio 27

Pascal

Le dije a Mau que me acompañara y mientras caminábamos por las calles del centro lo encontré: Una sonrisa fue la culpable de que una serie de recuerdos me empezaron a pegar en la cabeza unos tras otro: que si Sadamclaus, la cocina alfombrada, la fiestas para regaderas nuevas, el dentista, whiskey a media noche, wer wie was, etc... El departamento de Weidenweg se hacía otra vez presente y Eric también, pero en una forma extraña: no era él, sino Pascal.

Y bueno sucede que mi último error garrafal fue pensar que dos personas diferentes pudieran ser la misma -¿por qué? jeje, eso sí que no lo sé, creo que un ligero parecido capilar hizo que mi imaginación bizarra creara un mundo surrealista...pero hasta eso al parecer no tan lejano, ya hablaré después de ello.

El punto de todo es que caí en cuenta de lo que estaba haciendo, y eso me llevó a dar una larga caminata para enumerar las posibles razones de este fracaso emocional, especialmente porque el niño era encantador -algunas veces demasiado, sin embargo, siempre respetamos nuestra forma de pensar, nunca hubo descortesías, etc... ¿Por qué pasaba día y noche pensando en que no lo soportaba? Me sentía mal conmigo misma, al fin y al cabo ¡¡¡qué culpa tenía el pobre de mis memorias orientales, de odiar el Flohmarkt, de pensar que Hänschen klein es una canción de niños tontos!!!

Llegué a la conclusión que era demasiado tarde para dar marcha atrás, mi pequeña visita teutona se había ido, y yo, yo me quedé con dos cosas: sigo siendo pésima para manejar el tiempo, al segunda un poco menos depresiva es que él me enseñó que sí los hay!!!
@ Nacos del mundo:en Alemania se les conoce como Prolet...