lunes, septiembre 1

en la estación de policía

Con eso de que estoy planeando los próximos días de viaje, me puse a buscar potenciales hosts en el Hospitality Club, y pues en un ejercicio de nostalgia, también fui de metiche a los perfiles de mis contactos... y llegué al de Christina.

A ella la conocí en casa de un periodista llamado Alessandro Marini, entre las muchas idioteces que hicimos juntas, nos enganchamos a dos motociclistas italianos para recorrer Roma a media noche a toda velocidad -pedas-, también introducimos armas poteciales al Vaticano -pedas-, compramos mercancía de árabes ilegales afuera del politécnico -pedas-, fuimos a los conciertos de MTVE en el Coliseo -pedas- y también a la estación de policía -sobrias (sick!)-

Como Christina era poco hábil para eso de tratar con malandros, se le hizo fácil llevar su cartera en el bolso y pa' cuando se dio cuenta, me dijo "ya me robaron, ándale acompañame" Ante sus ojos, mi italiano de 3 pesos era suficiente para clamar el cobijo de la justicia romana.... ahí en la estación, los italianos me dijeron que ella debía llenar una denuncia y presentarse ante el ministerio público (wtf!!) y pues como eso tomaría mucho tiempo, se me hizo fácil quedarme en un cuartito acá de mala muerte y sacar la botella de vino con grapa que traía en la bolsa en lo que mi china amiga salía.

En mi ligera embriaguéz pensé, ay a lo mejor estos la están violando y yo aquí pegándole al vidrio (esta expresión me la enseñaron mis colegas de de PGR)... cuando se apareció, del susto tiré el alcohol, y me dice ahí vienen, si te ven tomando seguro te quedas aquí... y pues me quité los calcetines, limpié, eché la evidencia de mi pecado a la bolsa y dije devo andare adesso, grazie mille... esperé a Christina en la esquina y concluimos que lo mejor era llamar a su casa para cancelar las tarjetas.... -después de casi 5 horas, par de idiotas.