martes, enero 31

Ahora creo en las caricaturas

Últimamente no he tenido mucho tiempo de pensar, de escribir y en sí de dedicarle tiempo a este sitio dueño de la vanalidad de mi cerebro; pero bueno en los minutos de sagrada lectura -pff ya les digo que próximamente comentaré tres libros buenísmos: La Prisión Blanca, Crossing Over y El Alegato de un Loco... anyways como les decía, en los minutos de lectura encontré un poco del razonamiento de Ra, veamos:

"Mi personaje favorito del mundo de la televisión siempre ha sido el Coyote, llegué a llorar de risa con él y siempre esperaba ese capítulo final en que por fin cazaba al Correcaminos de una forma muy ingeniosa y se lo metía entre pecho y espalda ¡salud!. Acabo de leer "El Viaje a la Felicidad" y creo atisbar cierta lógica en la vida aparentemente desgraciada de mi héroe. El libro concluye con una fórmula "matemática" de la felicidad donde no hace otra cosa que poner en el numerador todo aquello que cree que favorece la felicidad y en el denominador lo que te aleja de ella. Resumiendo, la felicidad es:

F= E(M+B+P) / (R+C)


Siendo E:emoción, M:la atención al detalle, B:disfrute de búsqueda, P:relaciones personales, R:factores reductores y C:carga heredada. Si aplicamos esta fórmula al Coyote, observamos que la búsqueda de nuevos inventos, el objetivo de caza, la atención al detalle y sobre todo la emoción que tiene en cada nueva aventura son valores elevados. Por tanto, creo llegar a la conclusión de que el Coyote no pilla al Correcaminos porque es feliz tratando de alcanzarle."

Pues bien, debo admitir que el pensamiento de mi queridísimo Ra me hizo reflexionar sobre las fórmulas de felicidad, si es como me dijo Deivi: -tú eres del tipo correcaminos... o si es que llevo un coyote dentro; si mi felicidad es de caricatura y si es que finalmente no la pillo porque soy feliz tratando de alcazarla.

Hay veces que pareciera que conforme pasa el tiempo las emociones, la atención al detalle y el disfrute de la búsqueda se vuelven tan tricky al punto de no poder estar seguro de tener una respuesta certera. No se que piensen ustedes, porque buscar la felicidad a través de la diversión -de lo que nos hace felices- suena lógico, pero con los años uno se vuelve mas cuidadoso (o miedoso... llámenle como quiera), pa' no volver a moretearse las piernas, a despertarse con la frente raspada o a romperse el corazón...

¿cuándo la felicidad dejó de ser divertida y se volvió tan complicada?